martes, 1 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Los Ángeles

Siempre quise ir a LA, dejar un día esta ciudad...

Bueno, la verdad es que tampoco teníamos tantas ganas como la canción. Sergio y Enrique nos insistieron en ir a visitarla y, al final, ha sido una cosa curiosa.

Los Ángeles es una megaurbe. Desde que estábamos en las cercanías hasta que llegamos al hotel pasaron casi 2 horas por autopista. Antes de entrar estábamos un tanto acojonados por eso de no llevar GPS en el coche. Pero, querida muchachada, aquí las carreteras están hechas para los americanos. Vamos, que están muy bien señalizadito todo. Entre el tradicional mapa de carreteras y las indicaciones que habíamos visto antes de salir con Google Maps pudimos llegar bien a nuestro destino.

A la ciudad le encontramos dos puntos turísticos de interés: Hollywood Boulevard y Beverly Hills 90210 & friends.

Hollywood Boulevard es una calle que, cuando la ves, te sorprende. Y no muy gratamente, vamos a ser sinceros. De hecho por la noche, una vez se van retirando los turistas, la calle tiene un aspecto... curioso.

En Hollywood Blvd además de todas las tiendas relacionadas con el cine, tenemos dos sitios famosos: el teatro Kodak (que hoy ya no se debe llamar así), y el teatro Chino.

El Kodak, previo pago de nosecuanto, se puede ver en detalle. Pero nos conformamos con las escalinatas que hay dentro, con los nombres del Oscar a la mejor película de cada año en las columnas. El resto del teatro era un centro comercial con un batiburrillo de culturas milenarias que... en fin. Una horterada de primer orden.



El teatro Chino tiene a la entrada las típicas manos y dedicatorias de los actores. Ahí te tiras un buen rato busca que te busca y encuentras las huellas de muchos que ni conoces. Justo enfrente del teatro había mogollón de peña haciendo el memo disfrazados de cosas. Había 2 Mary Poppins, 3 Bumblebee, 2 Jack Sparrow, y algún Mickey despistado. En fin, entretenido. Nos encontramos las manos de Will Smith, y al día siguiente decidimos ir en busca de la mansión del tío Phil.



El vídeo que atormentó nuestras infancias, adolescencias y juventudes no da prácticamente pistas. Así que buscamos por Internet "casas de famosos". Menudo timo. 5 que fuimos a ver, 5 que no existían las direcciones. También había tours que te las enseñaban, pero como para creértelo. Mira, esta es la de Perico de los palotes, ¡oooh! Y fijo que nos quedaríamos tan contentos. En cualquier caso, las casitas que había por la zona la verdad es que eran la leche. Pero nos quedamos con las ganas de ver a un famoso en pijama sacando la basura.

Beverly Hills y Bel-Air están al ladito. Y no tienen NADA que ver con Hollywood Blvd. De hecho, el Boulevard termina en Beverly Hills. Y es cambiar el barrio y pega todo un cambio exageradísimo, todo limpito limpito.

El summun del pijerío, donde nos sentimos casi cucarachas, fue Rodeo Drive. La calle con las tiendas más caras del país era solo digna de Julia Roberts.



El cine, por cierto, engaña mucho. En Pretty Woman el hotel parece que está a tomar por saco de Rodeo Drive. Pues no, está justo al lado. No pude evitar acercarme por el hotel, a ver si veía al director barbitas.



En fin, toda una experiencia los contrastes de la ciudad. ¿Merece la pena venir hasta aquí? Hombre, pues si no se conoce EEUU yo diría que no. Hay otras muchas cosas que ver antes. Pero, mira, para pasar el rato no está mal. Otro día os hablaremos de Santa Mónica Beach y los vigilantes de la playa.

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