miércoles, 15 de febrero de 2012

La democracia más perfecta

Ayer martes fueron las elecciones municipales por aquí. ¿Un martes? Sí. Nos enteramos porque vimos cuatro carteles rancios y recibimos publicidad aún más rancia. El martes, nuestra zona estaba llena de pseudo-homeless con carteles de vota a éste o al otro. Les pagaban para que se pasearan, porque aquí no ves ni un cartel electoral, sólo dos o tres carteles pinchados en un césped. Carteles como éstos:



El caso es que nos ha picado la curiosidad y nos hemos puesto a investigar cómo funcionan las elecciones. Esto es un circo. Todo es de oídas, porque para votar tienes que ser americano. Pero bueno, comencemos.

Las elecciones se pueden convocar un día cualquiera, entre semana, da igual. No funciona el tema de partidos políticos, y se compite por un puesto. Por ejemplo, los dos cartelones que tenía eran los dos candidatos a alcalde. Hay otros candidatos, a "comicionado", como Sally Phillips. De todos ellos se te proporcionan sus domicilios y teléfonos, por si quieres llamarles para hacerles una sugerencia.

Cuando te han convencido sus ingeniosos argumentos vas a votar. Y tienes que seguir las siguientes instrucciones:



Después de media hora dando vueltas por la sala, llegas a una de las cabinas super-secretas. Y te pones a leer la "boleta", que con un lenguaje llano te pregunta por tus candidatos y si te parecen bien las sencillas enmiendas a la constitución propuestas. Por ejemplo:

¿Deberá enmendarse el Artículo VI, Sección 5, titulado “franquicia”, para (1) definir una franquicia como un acuerdo para usar propiedad de la ciudad por más de cinco años, con la excepción de concesiones y otros usos, con una duración de cinco años o menos y (2) para aclarar el lenguaje general, cambiar los procedimientos de publicación y disponer definiciones de palabras en disposiciones existentes y propuestas?


Cuando los ojos te hacen chiribitas y no sabes ya ni cómo te llamas es el momento de acercarse a entregar tu voto. Le entregas la boleta a una tipa simpática que introduce tu voto en la máquina y lo memoriza ella también. La máquina en cuestión lee tu voto inmediatamente y lo deja bien almacenadito. Sólo por tu seguridad, claro está. Y para conseguir un recuento inmediato, copón, que parece que hay que decíroslo todo.

En fin, que sales de ahí pensando en lo bien que funciona todo, y en lo importante que eres, que te preguntan asuntos vitales. Tan importante que sólo el 30% de la población ha votado en estas elecciones municipales.

Ahí van unos cuantos ejemplos de lo fácil que es la democracia:

- La papeleta oficial de las últimas presidenciales. Atención a las páginas 4 y 5. Toda una delicia literaria.

- El vídeo explicativo de cómo votar. Sólo lo hemos podido ver con el Explorer, pero ha sido un descubrimiento. No tiene desperdicio nada: los que te atienden con un delantal puesto, las cabinas para votar, la máquina super-secreta, y la aclaración de que USTED es el elector.

Todo para que nuestro alcalde haya sido reelegido. Imprescindible el apartado "About me".

2 comentarios:

  1. ¿Ese "tercer idioma" que a veces parece francés escrito por un niño jerezano y a veces holandés o cualquier otra cosa, qué es?

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  2. Eso es kreole, el idioma que hablan en Haití. Aquí hay una comunidad haitiana importante.

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