martes, 31 de enero de 2012

Su seguridad es nuestra prioridad

Este es el lema de los muchachos de aduanas, los simpáticos que detectan a zafios y malhechores explota-aviones. Y ayer pude comprobar, de primera mano, otro de sus fabulosos procedimientos: el cacheo a fondo.

La última ocurrencia de los americanos es hacerte pasar por un escáner que te saca una foto en bolas. Ojo, que ellos no la ven, sólo la ve un tipo encerrado en un cuartucho. En teoría luego borran la foto. En teoría.



Como aquí tienes derecho a la libertad puedes hacer "opt out", elegir no pasar por el escáner especial. Pero, claro, sólo los pirados o los malosos no querrían colaborar. Y entonces te someten al cacheo a fondo.

Cuando dije las palabras mágicas, me retiraron con una sonrisa de "te vas a enterar". Y apareció un negraco que empezó a farfullarme cosas. Me puso mirando a la pared con los brazos extendidos y las palmas hacia arriba y empezó a cachearme, diciéndome despacito lo que iba a hacerme. Me recordó, no sé por qué a la escena del sótano de Pulp Fiction. Super sádico. A todo esto, delante de la peña que seguía pasando el escáner. Creo que me dijo que me podía llevar a una salita lejos de miradas indiscretas. Deja, deja, mejor así, con muchos testigos.

Me cacheó por detrás, por delante, el cuello, el culo, los dobladillos de toda la ropa. Sólo le faltó el examen rectal.



Lo mejor de todo llegó cuando, al terminar, saca un papelito y se lo unta en los guantes, lo pone en una máquina y leo: "Scanning Explosives...". Genial. ¿Y qué coño hago yo si la maquinita dice que sí?

Al terminar salí descojonandome. Se me quitó rápidamente la sonrisa cuando Marga se encargó de recordarme que dos horas antes habíamos estado en el museo de la II Guerra Mundial tocando antiguos explosivos. Tenía que haber dicho que sí la máquina, por imbécil. A ver cómo le explicaba yo al negraco que había estado jugando con granadas vacías. Aún estaba ahí, o de vuelta en Madrid.

Para que veáis qué buen servicio realizan, os dejo con un enlace a lo que consideran identificación apropiada. Atentos a las categorías no válidas.

7 comentarios:

  1. Gran experiencia. Creo que el peor aeropuerto del mundo en este sentido es el de Tel Aviv, donde mi empresa tiene su principal proveedor, y creo que los americanos toman estas ideas de Israel, que están a la vanguardia de cómo ser un hijoputa con los pasajeros. Un jefazo de aquí me contó que una vez lo llevaron a una sala y le hicieron que se despelotara entero. Yo sólo estuve una vez, y no tuve tan mala suerte, pero tardé tres horas desde la primera cola hasta que me subí en el avión, sin contar que al entrar al aeropuerto pararon mi taxi y nos interrogaron, metralleta en mano. De lo nervioso que estaba era imposible que no pareciera sospechoso de algo.

    ResponderEliminar
  2. Dios santo, esa máquina para grabarte y que aparezcas desnudo es brujería, brujería de oro para un guión barato de película porno!!

    ResponderEliminar
  3. Joder Ñas, cómo te gusta provocar al personal, te tenía que haber caído análisis rectal a fondo. Seguro que te negaste a pasar por el escáner poniendo tu sonrisa de perro...

    ResponderEliminar
  4. Desde luego, la primera y última vez que hago algo así. A mí me han convencido. No me molaría pasar por Tel Aviv, seguro que me pondría a sudar mogollón y con los cariles que se me ponen... parecería sospechoso fijo.

    Por cierto, sí, usé mi sonrisa, y me la devolvieron con creces. Por listo.

    ResponderEliminar
  5. Ya ves tú de qué te sirve tener razón, ¡cabezón! También te digo que una experiencia es una experiencia, oye, y eso que te llevas.

    ResponderEliminar
  6. No, si bajo la palabra "experiencia" vale todo: desmembramiento en la plaza del pueblo, marcado a fuego,.... Has estado a punto de morir por mirar con esa sonrisa de tarado-listillo que pones (o se te pone).

    ResponderEliminar
  7. Se me pone a veces sola, sobre todo después de destrozar a Dabito al Mario Kart. Todavía sigo luchando por controlarla, porque ganar a alguien y echarle esa sonrisilla es garantía de que no volverán a jugar contigo de nuevo.

    ResponderEliminar