lunes, 9 de enero de 2012

Está bueno este carrito II, el videojuego

Noche cerrada en un motel de carretera. ¿Dónde? Ni puta idea, sinceramente. Tuvimos que mirar en google dónde estábamos. Después de un viaje que se nos hizo eterno, pensábamos que estaríamos ya cerca de nuestro destino. Pues no, ni un poquito. Habíamos hecho sólo un tercio del camino. Y ahí estábamos, agotados pensando si el coche nos aguantaría hasta Orlando.

La buena noticia era que si el coche se paraba veríamos el arcén para detenernos. Ah, y que los PepBoys nos habían dado un descuento para una grúa. Desde luego da mucha confianza que el mecánico te arregle el coche, y de regalo, te dé un vale descuento para una grúa.

Por la mañana salimos y a los pocos kilómetros vuelve la fiesta. El piloto de la batería se apaga. ¡Funciona, funciona! Quince segundos después vuelve a encenderse. Se ha jodido de nuevo. Así varias veces.

Cuando ya nos hemos acostumbrado, el carrito decide darnos por el saco nuevamente y se enciende otro piloto: el del tapón de la gasolina. La animada conversación es sustituida por un silencio hiriente.

Lo siguiente: una niebla en la carretera del carajo. Joder, aquello parecía el Super Mario Bros, con una pantalla nueva cada 10 kilómetros. ¿Cuál sería el malo final?

En fin, llegamos ya a Orlando con el culo bien apretao y decidimos que yo llevaría el coche a reparar antes de irme a Disney. La suerte hizo que hubiera otro PepBoys sólo a 2 km. del hotel, buena distancia para volver andando en la siguiente pantalla del videojuego. El coche no me lo podían mirar hasta por la tarde, y ahí se quedó a dormir. A las 3:30, llamada que no me da tiempo a coger. Mensaje en el buzón: "Mr, your car is ready. It's 330". Otra vez el acojone. Ese 330 ¿qué quiere decir? ¿Que son las tres y media? ¿Que nos van a clavar otros 300 napos?

Sábado. 7:00AM. Estoy en el taller para recoger mi carrito que está ready y salir disparados a hacer cola los primeros en la Universal. Arranco el coche y se vuelven a encender todos los pilotos del día anterior. Esto... ¿no estaba arreglado? ¡El malo final me había puesto un señuelo! Un mecánico-secuaz más tonto que un perro listo me miraba con cara de póker: "ayer había un cable suelto y lo apretamos". Mmm, una reparación inteligente. "Lo tendremos que mirar de nuevo si lo deja". Mi indecisión sobre qué hacer terminó cuando lo arranqué nuevamente y... se murió.

En fin, otro día más tenía que estar el coche parado. Y en esta ocasión surge otro inconveniente. Al día siguiente por la tarde había que estar en el aeropuerto de Miami, sí o sí. ¿Solución? El comodín de la llamada: alquilar un coche para por si acaso.



Como no queríamos dejarnos otro pastizal, elegimos una compañía que te promete las tarifas más baratas. Joder, cojonudo, sólo 30 dólares el día, por 2: ¡60!. Qué gran error. América es el país donde hay que comprobar los precios 2 veces. Resulta que los $60 eran sólo el alquiler. Los seguros costaban otro riñón. Y la broma se nos puso en $150. Ciertamente las tarifas más baratas, no el precio más barato.



Esa tarde (se dieron prisa), después de haber barajado las mil perrerías que nos podían pasar me llaman. Redoble de tambores. Suena el veredicto: "Está bueno este carrito. Hemos cambiado el alternador, que se lo habían puesto defectuoso. ¿Se lo dejamos en algún sitio?" Uy, qué amables pienso. "Sí, en mi hotel". "No, no, ahí no podemos. Pero podemos dejárselo con la puerta abierta y las llaves escondidas para que venga a recogerlo." Esto...

En fin, que el domingo recogimos el coche, y no dio ningún problemita hasta casa. ¡Vencimos al malo final! Bueno, pasarse el juego con la tercera vida, esto...alternador no está nada mal para un finde. Saco algunas lecciones de este finde:
- cuanta más prisa tengas por llegar a los sitios, peor.
- los mecánicos también se equivocan.
- y... los videojuegos son tus amigos: cualquier cosa la puedes conventir en videojuegos, hasta conducir un coche tullido. Toma videojuegos a cholón, a almorzas, eso sí, bajo la supervisión de tu encargado de gimnasio.

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