martes, 8 de noviembre de 2011

Vendo humo

En estos últimos años parece que en España hemos copiado la moda de llamar a las cosas por otro nombre, y de paso subir un poco las tarifas. En eso son expertos en este país. EEUU es el país de la publicidad y de conseguir hacer lo mismo de siempre, pero pareciendo guay (y ganando más dinero, claro). Hoy os voy a poner un ejemplo que me ha impactado: el 1on1.

Esto del guanonguan, uno a uno, es algo más viejo que la tos, pero que estos últimos años no nos hemos cansado de ver por España. También se conoce como "coaching" o "personalización de necesidades". Vamos, el clásico profesor particular.

Pero en un país como éste, en el que todo tiene que ser espectacular, épico, o digno de ser incluido en la Historia Universal, tú no puedes decirle a la vecina de enfrente: "le he puesto un profesor particular a mi Manolito". Mola mucho más decir: "He contratado a un experto en educación que ha diseñado un plan personalizado para explotar al máximo las capacidades de mi Manolito". En el primer caso estás llamando tonto o vago a tu vástago. En el segundo, parece que mañana mismo la NASA va a llamar a tu puerta para contratarle.

Aprended, profesores particulares, de los genios del marketing. Os copio unas frases que he encontrado en un folleto de publicidad de profes particulares (lo he encontrado en el colegio, algo impensable en España). Aquí...

- Uno no da clases particulares. Aquí ofrece servicios individualizados cuyo objetivo son las necesidades específicas del estudiante.

- Uno no tiene experiencia dando clases particulares. Aquí tiene un amplio conocimiento de la educación en general y de los procedimientos de aprendizaje en particular.

- Uno no ayuda al alumno en lo que le cuesta. Aquí identifica las fortalezas y debilidades y entonces desarrolla un programa de aprendizaje específico que se ajusta a las necesidades de cada alumno en todas las áreas.

- Uno no cuenta al padre cómo ve al chaval. Aquí está en contacto permanente con los padres para mantenerles informados del progreso de su hijo y discutir los pasos necesarios para mantenerle en el camino adecuado hacia el éxito.

- Uno no busca ejercicios para reforzar. Aquí selecciona cuidadosamente los materiales de enseñanza y los adapta para asegurarse que se adecúa a los estilos específicos de aprendizaje del alumno.

Bueno, y así podríamos seguir con chorrazos como pianos toda la noche. ¡Eso en un tríptico!

Lo mejor de todo: para un americano las referencias son FUNDAMENTALES. Aquí el rollo de las cartas de recomendación está a la orden del día. Y si no hay cartas, por lo menos hay que incluir unos buenos testimonios, como el de la foto. No os preocupéis si no lo entendéis, sólo dice que son muy buenos. ¿Y por qué la foto molona? ¿Va a sonreír así mi niño si les contrato?



Hasta hoy ante folletos de este estilo pensaba: qué flipados los americanos. Cuán equivocado estaba. El destino me ha reventado en la jeta, y me ha demostrado que no hay nada mejor que venderse con palabrería barata para que un profesor particular, con una licenciatura, cobre sus clases particulares a... 50 dólares LA HORA (40 sin ser licenciado, y ni quiero imaginarme los precios de la gente del folleto).

Practicad vuestra palabrería. Bienvenidos a América, tierra de oportunidades.

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