miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Y tú de quién eres?

En todos los pueblos de España hay una sana costumbre: enterarse de quién narices es el que pasea por el pueblo. Todo empieza cuando las señoras, sentadas en un banco a la fresca, ven pasar al coche y se preguntan: "¿Quién son?". Como no reconocen el coche, pasan al siguiente punto, acercarse como quien no quiere la cosa a pasear a tu lado. Y si te ven que no estás perdido ya pasan a la siguiente fase y te preguntan directamente: "¿Y tú de quién eres?"

Pues estos americanos, previsores como son, se adelantan a estas incómodas preguntas y van con la verdad por delante. Para darse a conocer y no tener que entablar inútiles conversaciones, inventaron los uniformes y las tarjetas de identificación. Lo de los uniformes es normal, en España también se llevan. Pero aquí los llevan por todas partes. Cada profesión tiene un uniforme, todos con el logotipo bien visible. No llevar uniforme implica no ser profesional. Tanto aman sus uniformes que por la calle van con el uniforme de trabajo. Hasta las enfermeras. No sé cómo será en España, pero si tienen que trabajar con enfermos, ¿no deberían ponerse la ropa limpia en el hospital?

Por otra parte tenemos esas tarjetas que se ponen al cuello. Todos las hemos visto en las películas: la llevan los médicos, en la NASA y hasta en la CIA. Pero lo que nosotros no podíamos imaginar es que aquí lo lleva TODO QUISQUE.


El orgulloso americano medio lleva colgada una tarjetita moñas donde aparece su gepeto, junto con el logotipo del lugar al que pertenece, y unos números o letras Times New Roman 4 casi siempre incomprensibles para el común de los mortales. El que lleva código de barras o banda magnética consigue sobresalir entre los demás, igual que el niño que compraba el Frigurón en vez del triste Popeye.

La susodicha tarjeta no sólo se ve en los hospitales y edificios del gobierno sino que lo tienen en casi todas las tiendas, oficinas, supermercados, bibliotecas, y hasta colegios. Sí, colegios. Yo no me lo podía creer hasta que lo ví.

Hace un par de semanas nuestro colegio nos repartió las tarjetas de empleado, con un agujerito para poder poner la cinta. Pero lo mejor vino dos días después, cuando a los niños les proporcionaron una tarjeta igual, pero con código de barras. ¿Para qué? ¿Van a hacer fichar a unos niños... de Primaria? Eso sí, al día siguiente la mayor parte de los niños exhibían sus tarjetitas. Hay que reconocer que la idea mola, a mí me hubiera encantado tener una de pequeño, pero... no sé, sigo encontrándome cosas que me chocan.

Por último, nos encontramos con la versión automovilística. Todos los que estudian en alguna universidad llevan una pegatinita. Y aquellos cuyos hijos sacan buenas notas llevan en el coche, orgullosos, algo así:



Acepto ideas sobre qué pegatina friki hacerme para el coche. Por el momento gana la de: "Soy capaz de jugar a un juego de mesa haciéndome pasar por los 4 jugadores".

1 comentario:

  1. Yo cambiaría "un juego de mesa" por "al monopoli", queda mas actual, con toda la crisis economica jaja

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