lunes, 19 de septiembre de 2011

Muchachada around the world. Hoy... Key Biscayne

O Cayo Vizcaíno para los amigos.

Volvemos de nuevo al ataque con una visita que los más antiguos en el blog recordaréis muy de lejos (Miami para todos los bolsillos). La visita en cuestión me llevaba a dos sitios: Key Biscayne y Miami Beach. Este fin de semana volvimos a estar en ambos Marga y yo, y por fin os hemos traído unas fotitos algo más originales de lo que os puse. Para empezar, una de la zona financiera de la ciudad (Brickell y el Downtown) desde el puente que lleva a Key Biscayne.



Bueno, a lo que íbamos, Key Biscayne. Esto es una islita muy maja enfrente del centro de Miami. Y en la isla en cuestión hay: un parque lleno de chonis, un pueblo donde viven los megapijos en sus mansiones con playa privada, y otro parque donde hay más chonis y un faro. Tras debatir si nos dedicábamos a buscar al Bisbal o nos íbamos a comer pescado al faro, nos decantamos por esto último. Aunque ayudó saber que Bisbal no vive aquí, sino en otro sitio que nadie nos ha dicho. En el mapa aéreo se ve clarito de norte a sur: chonis, ricos, chonis con faro.


Llegamos con mucha hambre y, como de costumbre, nos pusimos como ciegos a comer. En quince minutos habíamos devorado todo el pescado que nos pusieron y después, claro, tuvimos que irnos a descansar a una sombra porque no podíamos con nuestra alma. Qué buenos clientes somos para los restaurantes: llegamos, devoramos, pagamos y nos vamos. Tiempo total: 20 minutos. Para pagar: Mastercard. Lo que disfrutamos el pescado, no tiene precio.



Tras la mini-siesta entre domingueros nos fuimos a visitar el faro. No está nada mal. De hecho, estábamos casi solos. Un faro con historia no puede competir contra unas barbacoas y una estrecha franja de playa. Así que pudimos apreciarlo a solas en toda su blanca inmensidad, y hasta conseguí sacar alguna foto medio digna, como ésta.



Satisfecho por la hazaña, me retiré a meditar en mi momento más gañán del día. Encontramos una caseta de auténticos paletos donde vivía el farero. Y ahí conseguí esta foto 100% redneck. Yeehah!



Después, quisimos volver a mezclarnos con el populacho y ser parte de esa masa humana digna de playa ochentera: barbacoas humeantes, orondas señoras llamando a sus retoños y un agradable aroma a humanidad. Pero... el ambiente pudo con nosotros y decidimos buscar algo más "selecto". La selección consistió en irnos a una playa cutre con bastantes algas. Entonces entendimos a la masa. Son muchos, y algo básicos, pero saben buscar sitios majos los perracos.

Menos mal que el día se nos arregló con dos hallazgos. Los huevos de tortuga de los que hablaba en la otra entrada (Miami para todos los bolsillos), ya habían eclosionado. Y estaban por ahí los cascarones. ¡Y encontré un coco! Y ahora lo tengo tirado en una esquina esperando al momento propicio para abrirlo. Sólo espero no tener que entablar un combate a muerte con una araña que eligió el coco para vivir.

Volveremos pronto para contaros la otra visita del fin de semana: Miami Beach y Ocean Drive. Os dejamos con otro momento muy interesante del día. Un "racoon" (mapache en cristiano, que estos cubanos no tienen vocabulario) apareció de la selva para comer del cubo de basura. ¡Fascinante!

No hay comentarios:

Publicar un comentario